16 de febrero de 2013

La gastronomía peruana: Una ilusión desintegradora.


La gastronomía peruana: Una ilusión desintegradora.

Hasta mediados del siglo pasado, era inimaginable todo lo que podría causar, en la sociedad, la cocina peruana. Era imposible pensar en que alguien hubiera dicho, hace algunos años, que un día iba a ver organizarse en el extranjero “viajes turísticos gastronómicos" al Perú, no lo hubiera creído. Pero ha ocurrido y sospecho […] que nuestra comida trae ahora al país tantos turistas como los palacios coloniales y prehispánicos del Cusco y las piedras de Machu Picchu (Vargas 2009). Actualmente se advierte, en el Perú, un boom gastronómico que posiciona a la cocina como un elemento de prestigio social y cultural. Este fenómeno culinario se ha consolidado en los últimos 20 años y ha causado diversas transformaciones sociales; sin duda, la más importante es la de haber introducido una conciencia de reconocimiento sobre la trascendencia de la gastronomía en el país. Esto se ve reflejado en la aceptación de platos típicos por parte de las altas esferas gubernamentales y sociales, que, antes, optaban por degustar platillos extranjeros, de preferencia europeos. Tal es el caso que “El menú de Palacio de Gobierno era, hasta mediados de siglo pasado, de raíces francesas” (Valderrama 2010:10).

Este boom culinario se muestra también como un elemento de integración social y cultural que conlleva a la reconfiguración de la identidad nacional, además de un reconocimiento y asociación de lo gastronómico con ser peruano. Pero ¿En qué medida este elemento puede generar una identidad nacional? ¿Y esta identidad construida llegará a integrar la pluralidad peruana? Considero que la gastronomía peruana no contribuye a la formación de una verdadera identidad nacional. La identidad nacional, en nuestro país, es un imaginario colectivo con el que todos deberían identificarse. Actualmente, esta construcción se encuentra en crisis debido que no existe un consenso para responder a la pregunta “¿quién soy?” (Gissi, citado por Arias 1987:51). Además de a la intolerancia a la pluriculturalidad, es decir, el no reconocernos como parte de una “comunidad imaginada” con el fin de formar una nación ().A continuación, expondré dos argumentos que sustenten esa afirmación. El primero, es referido a lo que el elemento gastronómico carece, no genera una conciencia de inclusión en la mente de las personas. El siguiente argumento, aborda el aspecto de lo que la gastronomía genera en la sociedad, ahonda más en la fragmentación de clases sociales.

Primeramente, sostengo que la gastronomía muestra un falso discurso sobre la identidad peruana; es decir, no proyecta un sentimiento de inclusión en la población. Esto se debe a que el discurso creado para publicitar la gastronomía, como un producto ligado directamente con la identidad peruana, está siendo construido para el exterior; lo cual evidencia que el discurso no aborda un discurso que posee fines inclusivos en el país. Una propuesta interesante es la que hace el antropólogo Carlos Aramburú al afirmar que se puede integrar a la gastronomía a una visión mucho más grande e inclusiva para que el beneficio del país no solo sea económico, sino también social. Llegar a obtener de esa forma un mensaje que se articule con la realidad social y no posea una mirada reducida de los problemas del país; es decir, que no solo se elabore una marca para el exterior, si no que construya una identidad partiendo desde el interior.

Además, esto se puede notar en el documental “La Marca Perú” presentada por Promperú que plantea que “Todo peruano, por el solo hecho de ser peruano, tiene derecho a comer rico”. Este enunciado adhiere indesligablemente a ser peruano con la característica principal “el comer rico”. Por “rico” se entiende que, primero, se tiene acceso a alimento básico; segundo, se puede degustar platillos que cumplen con los modelos expuestos en el documental. Lo cual no se observa en la realidad actual y así lo confirman los resultados de la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes 2010), elaborada por el INEI (Instituto nacional de estadística e informática) revela que los departamentos que registraron mayores índices de desnutrición al 2010 fueron Huancavelica (44,7%), Cajamarca (32%), Huánuco (31%), Apurímac (30,9%) y Ayacucho (30,3%). Por ello la que la imagen de identidad nacional que se postula debe ser diseñada tomando en cuenta los problemas del país, de lo contrario puede caer en una visión reduccionista.

Por otro lado, he encontrado una idea “La gastronomía peruana es una de las pocas expresiones nacionales que no generan discusión ni antagonismos” (Valderrama 2010:5) que me parece interesante discutir. Actualmente, la gastronomía es promovida por sectores pudientes del país, esto se ve reflejado en la creación masiva de restaurantes gourmet, debido a que los empresarios poseen el capital suficiente para dar apertura a restaurantes exclusivos. Esto se puede comprobar con la invitación que hace Gastón Acurio en su “discurso de orden” en la Universidad del Pacífico. El comenta que se siente emocionado por dirigirse a los jóvenes más afortunados del país por la educación que reciben; y los exhorta a que se conviertan en actores para generar un país lleno de riqueza e igualdad, con la creación de marcas (Acurio 2006). Esto denota la posición de los empresarios y clases pudientes del país con respecto a la gastronomía y por ende que la construcción de su imagen responde a intereses económicos determinados.

Un claro ejemplo, es el encarecimiento de platos peruanos en restaurantes gourmet. Esto genera que las personas de clase baja no pueden consumir estos platillos; ello causa un sentimiento de malestar, debido a que no puede degustar un elemento que pertenece, según la construcción antes mencionada, a todos los peruanos. Esta incomodidad y el encarecimiento del conlleva a que no exista una identificación entre clases. Por ello, la gastronomía peruana ahonda, aun más, la fragmentación y no promueve la identificación de en la población peruana. En consecuencia la gastronomía no es un elemento que no provoque discusión ni antagonismos.

En síntesis, la cocina peruana expone un discurso construido para el exterior, el cual no articula responsablemente los problemas que se encuentran vigentes en la sociedad. En consecuencia, no aborda ni soluciona los problemas de desintegración nacional. Además se constituye como un elemento que fragmenta más las resquebrajadas relaciones entre los peruanos. Por ello es que considero que la gastronomía peruana no podría contribuir como elemento principal para la reconfiguración de la identidad nacional. El boom gastronómico, que actualmente vivimos no solo nos invita a ser observadores pasivos si no ha participar de él, pero nuestra intervención debe ser para a intentar integrar el discurso e imagen de la gastronomía a un discurso más amplio y tolerante; en otras palabras, usar a la gastronomía como un elemento de cambio social que empiece y termine en el país.



Bibliografía

ACURIO, Gastón
2006 “Discurso de Orden”. Ceremonia de Apertura del Año Académico de la Universidad del Pacífico. Consulta: 10 de junio de 2011. Emprendedores 2006
˂http://www.emprendedores.pe/site/index.php?option=com_content&view=article&id=36:gaston-acurio-discurso-de-orden-de-gaston-acurio-en-la-universidad-del-pacifico&catid=25:articulo˃

ARAMBURÚ, Carlos
2010 Conversación sobre “Cocina Peruana, Identidad Nacional y Desarrollo Social”. Organizado por INTERSAPIENS. Consulta: 10 de junio de 2011

ARIAS, Viviana
2006 “Crisis de la identidad nacional: definición del problema y principales causas”. Consulta: 10 de junio de 2011.

COMERCIO
2010 “Encuesta realizada por el INEI” Consultada: 10 de junio de 2011

VALDERRAMA, Mariano
2005 “El Boom de la Cocina Peruana”. Consulta: el 10 de junio del 2011

VARGAS, Mario
2009 Ensayo del 22 de marzo a "El sueño del chef". El país edicion impresa. Consulta: 30 de mayo de 2011

YORI, Rosario
2011 Artículo del 14 de mayo a "Marca Perú: el derecho a votar". Antiprensa. Consulta: 30 de mayo de 2011.

6 de mayo de 2012

Escoger una carrera: Una decisión muy importante



         Los adolescentes, en la actualidad, a diferencia de anteriores generaciones, “Tienen  ante sí un horizonte inmenso de posibilidades educativas”, según Belarmino Rimada Peña (Manual de orientación profesional universitaria, guía de docente, editorial Trillas 1994); es decir el número de carreras ha aumentado, con el paso del tiempo. Esto se debe a que las tecnificaciones implementadas han cambiado las formas de trabajo, por ello las instituciones educativas intentan cubrir el avance tecnológico con la reorganización de sus mayas curriculares; además, de implementación de carreras que combinen y amplíen los campos de “carreras tradicionales”; por lo que la actual configuración de profesiones se transformara también con el transcurrir del tiempo y la invención de más tecnología.

En este sentido, existe una preocupación generalizada en los jóvenes; la cual intenta, en muchos casos sin éxito, ser abordada y  resuelta por la orientación vocacional. La elección de una carrera concentra dos aspectos importantes: una parte personal (gustos, aficiones y afinidades) y  otra parte exterior (prestigio, remuneración rentable, influencia de los padres). Ambos factores serán determinantes  para definir una decisión que perfilará de forma particular nuestro proyecto de vida futura: la elección de una carrera profesional.

Actualmente, una de las cosas que más angustia a los adolescentes es suponer que la elección vocacional es irreversible y única en la vida; es decir, que una decisión vocacional profesional es del todo correcta o incorrecta y que tal elección es única y definitiva, de manera que quedara atado a ella para siempre. La elección de una carrera denota un paso muy importante del cual dependerá nuestra vida futura; “Cuando el adolescente logra escoger una profesión acertadamente, hay una coincidencia en sus intereses por lo que alcanza la satisfacción para sí mismo y para la sociedad” (Elección de una carrera: una decisión de gran trascendencia, Elena Figueroa de Amorós, EDUCACION. Vol. II N° 3. Marzo de 1993).


En nuestro país, frecuentemente, existe una problemática particular en los jóvenes que deben decidir su profesión: el tener que decidir entre lo que realmente les gusta y lo que es aconsejable desde una la perspectiva práctica. Este problema es consecuencia de la priorización de factores externos (prestigio, remuneración rentable, influencia de los padres) lo que demuestra, esencialmente, la falta de un programa adecuado para la orientación profesional de adolescentes, el cual deberá ser implementado para ayudar a definir, pero no de forma determinante, una carrera profesional compatible con el proyecto de vida elegido, es decir, que condense tanto aptitudes y afinidades como intereses externos.

Particularmente, escogí este tema debido a que me parece sustancial definir mis intereses vocacionales, es decir, la carrera que seguiré antes de llegar a facultad. Quizás mi situación se encuentre inscrita, el caso descrito en el párrafo anterior, por lo que debo decidir por una carrera “conveniente” desde una la perspectiva práctica, lo cual suprime, en gran medida, mis gustos y afinidades. El factor externo que dilata mi decisión es la influencia de mis padres; la negativa de aceptar, lo que ellos consideran, una carrera “poco rentable remunerativamente” y con poco mercado laboral. La intervención de mis padres, en este proceso, ha significado que opte por una identidad moratoria descrita por Lupe Jara Castro feb.2007, Identidad vocacional y afrontamiento en estudiantes egresados del colegio.

Este ensayo intenta recoger algunos factores externos que se deben considerar al momento de la elección de una carrera profesional. Entre ellos he considerado, en primer lugar, la rentabilidad de la remuneración e inmersa en ella la demanda del mercado laboral; seguidamente, explicare acerca de los  prejuicios que atañen a algunas carreras entre ellos es prestigio social; y, finalmente, detallaré el rol que cumple la familia en el proceso de elección vocacional, específicamente, la presión familiar.


Las interrogantes que un joven se plantea, en esta situación de indecisión, ayudan a establecer respuestas concretas; este conocimiento se desarrolla por  indagación o investigación de información afín con los intereses del joven. Varias de las cuestiones generales que poseen los jóvenes, actualmente, radican en los ámbitos de la demanda laborar y remunerativa. Ellos, los jóvenes, consideran que la educación universitaria es una inversión a largo plazo por lo que cuando egresen esperaran resultados productivos.

Por ello optaran desde el inicio por carreras bien remuneradas y más valoradas por las empresas; las cuales, según el portal Universia, son Ingeniería Civil, Medicina, Ingeniería de Sistemas, Administración, Derecho; y  las carreras con “demanda laboral reducida” y con un amplio número de egresados desempleados; debido a diversos motivos (la crisis económica o la saturación del mercado laboral), quedaran así relegadas por ser catalogadas como “poco productivas”; según el portal Universia estas carreras son Educación, Derecho, Contabilidad. 


Sin embargo, existen carreras que poseen una doble categorización (son bien remuneradas y tienen un mercado laboral escaso) tal es el caso de la carrera de Derecho; la cual es carrera bien remunerada y “valorada”, en la mayoría de los casos, para los profesionales que logran capacitarse con maestrías y doctorados; pese a eso su mercado laboral se encuentra abarrotado, lo que significa que sea más complicado el encontrar un empleo debido a la considerable competencia y falta de apertura de nuevas oportunidades.


Esto trae consigo que los egresados en estas saturadas áreas del conocimiento, han contribuido a provocar en el mercado laboral de la entidad, problemas tales como: desempleo, subempleo, una mala retribución económica por las actividades realizadas o bien dedicarse a actividades completamente diferentes para las cuales fueron preparados; según “Factores que inciden en carreras tradicionales saturadas en la uaslp” escrito por Juan José Faz Aguilar y Fernando Mendoza Saucedo, IP y E: Psicología y Educación. Vol.1 Núm. 1. Enero-Junio 2007.

Otro factor de gran importancia, al momento de escoger una carrera, es el de la imagen social que poseen las profesiones: los prejuicios, entre ellos, específicamente el prestigio social. El concepto de “prestigio” expresa la creencia de que cada carrera posee un determinado “valor”, en este caso para carreras “prestigiosas” el valor será positivo, pero se debe tener en cuenta que el prestigio de las carreras no es inamovible sino que por el contrario varia con el pasar del tiempo y con el auge de nuevos campos de investigación.Los jóvenes, actualmente, se guían mucho por este aspecto, al momento de escoger una carrera, sin embargo, muchas veces esa imagen de “prestigio” es una visión errónea de lo que es realmente es la profesión y de la labor que realiza el profesional debido a que muestra solamente aspectos estereotipados, visibles o difundidos de una ocupación.


El problema de que el prestigio social sea convertido en prejuicio, es que esta imagen se vuelve el único motivo por el cual se elige una carrera o por el cual se la rechaza (Ferrari, Lidia. Op. cit. – Pág. 123-128, 134-135)*, es en este momento que el prestigio social de las carreras se convierte en un factor determinante para la decisión de la profesión, incluso muchos jóvenes han superpuesto este factor por encima de sus verdaderos intereses, gustos y afinidades, y en algunos casos los adolescentes consideran  que su imagen personal exitosa dependerá del aspecto del prestigio de la carrera que hayan estudiado.


Prejuicios que radican en nuestro entorno, principalmente, nuestras familias nos trasmiten este tipo de valoraciones; por lo que surgen, según el portal Monografias.com Orientación Vocacional para los adolescentes que egresan del bachillerato” Gladys Eneyda Sánchez Verdugo,  frases como "Te conviene estudiar abogacía que tiene más campo de acción" o "como sociólogo te vas a morir de hambre”, u otro prejuicio muy extendido es el que ve a quienes se dedican a actividades científicas o de investigación como personas aisladas, que no están en contacto con los demás; y por el contrario de aquellos que trabajan en empresas se cree que estarían muy comunicados con otras personas (Ferrari, Lidia. Op. cit. – Pág. 123-128, 134-135)*

 Finalmente, la influencia que poseen los padres en la elección de sus hijos con respecto a su decisión profesional. Uno de los tipos de influencia es “el coeficiente tradicional familiar” lo que significa un nexo entre las profesiones paternas (padre y madre) y los intereses del hijo. La actitud positiva de sus padres hacia sus carreras hará que el hijo muestre vínculos que se orienten hacia esa misma carrera, y, al mismo tiempo, el padre considerara que si su hijo lo sigue profesionalmente tendrá mejores oportunidades laborales” (Elección de una carrera: una decisión de gran trascendencia, Elena Figueroa de Amorós, EDUCACION. Vol. II N° 3. Marzo de 1993)


Sin embargo ese podría ser un caso positivo pero en la mayoría de los casos no es así, recientemente, Un estudio de mercadeo de la Universidad del Norte, de Barranquilla, comprobó que la decisión para estudiar una u otra carrera está influenciada, en un 80 por ciento, asimismo en muchas ocasiones las decisiones profesionales son tomadas por los padres, que coaccionan el discernimiento de sus hijos aseverando, por ejemplo, que no pagaran otra carrera que no sea la que ellos consideran rentable. Otro motivo, pero que se da en menor número  es el que los padres induzcan a sus hijos a seguir una carrera como una forma de su realización personal: porque ellos, padres, no lograron sus sueños.

En síntesis, la elección de una carrera es un proceso que se determina conforme el adolescente alcance una madures emocional y con las experiencias vividas, si bien es cierto, el joven debe enfrentar una primera elección, pero es preciso decir que esta decisión no es determinante y que debe seguir estrictamente toda su vida; también es   importante recalcar que la elección de una carrera debe concentran ambos factores (internos y externo) y que las sugerencias y opiniones debemos considerarlas para evaluar de acuerdo a nuestra realidad y personalidad. Los factores presentados en el ensayo, son solo algunos de los muchos que existen actualmente,  contienden en gran medida mi forma de pensar. Gracias este ensayo he podido revisar mas fuentes acerca de este tema que me preocupa tanto, y elaborar una respuesta a mis inquietudes. Espero que al igual que a mí este escrito sirva para orientar de forma superficial a personas que posean mis mismas inquietudes.
Bibliografía
  • Manual de orientación profesional universitaria (guía del docente) escrito por Belarmino     Rimada Peña, Año de publicación 1994,Impreso en México/editorial Trillas   pág. 5
  • Factores que inciden en carreras tradicionales saturadas en la uaslp” escrito por Juan José Faz Aguilar y Fernando Mendoza Saucedo, IP y E: Psicología y Educación. Vol.1 Núm. 1. Enero-Junio 2007 <http://www.uv.mx/ipe/documents/Factoresqueinciden.PDF>
  •  La orientación profesional (teoría I) Autora: Maria luisa rodriguez moreno,1998
  • Portal de gestión: encuesta de influencia de padres <http://gestion.pe/impresa/noticia/padres-influyen-36-eleccion-carreras-universitarias-sus-hijos/2010-01-29/14191>
  • Elección de una carrera: una decisión de gran trascendencia, Elena Figueroa de Amorós, EDUCACION. Vol. II N° 3. Marzo de 1993)
  • Ferrari, Lidia. Op. cit. – Pág. 123-128, 134-135
  • Lupe Jara Castro feb.2007, Identidad vocacional y afrontamiento en estudiantes egresados del colegio.